Por Ana Teresa Cardona, Veedora del Municipio de Neira, Caldas
El pasado 4 de noviembre de 2025, fui invitada a participar virtualmente en un encuentro extraordinario que transformó mi comprensión sobre los procesos de restauración y dignificación de las víctimas del conflicto armado en Colombia. Héctor Cabuya, coordinador del equipo de Gestores de Restauración, me convocó para presenciar la construcción de un Cofre de Dignificación por parte del personero de Manizales, Juan Pablo, y la personera delegada de Participación Ciudadana, María del Rosario.
“Cuando me conecté a la videollamada, pude observar al fondo del taller aproximadamente diez cofres ya terminados, listos para ser donados a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas. Estos cofres tienen un propósito que estremece el alma: servir como receptáculos dignos para la entrega de restos humanos a sus familias, reemplazando las bolsas o sábanas que tradicionalmente se han utilizado en estos dolorosos momentos..”
Más Allá de una Carpintería
Lo que a simple vista podría parecer un taller de carpintería llamado “Carpintería Washington” en Manizales, es en realidad un espacio profundamente simbólico que los Gestores de Restauración han denominado “Taller de Memoria, de Aceptación de Responsabilidad y Reconocimiento”. En este lugar, miembros de la Fuerza Pública que comparecen ante el Sistema Integral de Paz realizan un ejercicio que va mucho más allá de trabajar con madera.
No Es Pegar Tablas, Es Unir Piezas

Héctor Cabuya fue enfático desde el principio: “Este ejercicio no se trata de pegar tablas, no se trata de clavar puntillas, no se trata de cumplir con un requisito”. Sus palabras resonaron con profundidad cuando explicó que cada persona que construye un cofre debe haber realizado previamente una catarsis personal, buscando el autoperdón por haber fallado en su deber constitucional de preservar la vida, honra y bienes de los ciudadanos.
La metodología tiene dos momentos de reflexión fundamentales. Primero, quien construye el cofre debe pensar empáticamente en el resto esqueletizado que habitará ese espacio: “Si yo fuese la persona asesinada, ¿cómo me gustaría que me entregaran a mi familia?”. Segundo, debe ponerse en el lugar de los familiares: “¿Cómo me gustaría que recibieran a mi ser querido?”. Este ejercicio de empatía profunda permite dimensionar la magnitud de las acciones cometidas durante el conflicto armado.
Resultados Tangibles de un Proceso Restaurativo
Eduardo Erazo, miembro del equipo, compartió datos que evidencian el impacto de este trabajo: hasta la fecha se han exhumado 28 cuerpos esqueletizados en diferentes departamentos como Vichada, Guajira, Antioquia, Santander y Huila, utilizando estos cofres para las entregas dignas. En Caldas, el proceso ya ha iniciado con los aportes a la Unidad de Búsqueda, y se proyecta que el Eje Cafetero (Caldas y Risaralda) será un centro importante de intervención, desmintiendo la idea de que esta región fue un “remanso de paz” durante el conflicto.
Las revelaciones fueron impactantes. Héctor mencionó cómo en Manizales y La Dorada se retenían personas que luego eran desaparecidas y distribuidas por Antioquia para “resultados operacionales”. La verdad que emerge de estos procesos es dolorosa pero necesaria.
Un Equipo Sin Protagonismos
Es fundamental entender que los Gestores de Restauración no son una fundación ni una ONG. Como explicó Héctor Cabuya: “Somos un equipo de militares, un equipo conformado por miembros de la Fuerza Pública ante el Sistema Integral de Paz”. Su propósito es claro: realizar actividades reparadoras y restaurativas que contribuyan a la satisfacción de los derechos de las víctimas y al fortalecimiento de la confianza institucional.
En este espacio no hay grados militares, no hay jerarquías. Héctor es simplemente “Héctor Alejandro” para sus compañeros, y todos trabajan con recursos propios para construir estos cofres que luego son pintados y lacados profesionalmente por artesanos del sector de San Jorge, garantizando un producto impecable que no revictimice a las familias.
La Verdad Como Piedra Angular
Lo que más me impactó fue entender que estos ejercicios no buscan un simple “perdónenme”. Como enfatizó Héctor: “El perdón hay que ganárselo. ¿Cómo se gana el perdón? Aportando a la verdad”. Los comparecientes lloran, se liberan de la culpa guardada durante años, y encuentran un camino hacia la sanación personal mientras contribuyen a sanar el tejido social que ayudaron a dañar.
La Jurisdicción Especial para la Paz valora estos procesos porque priorizan la verdad colaborativa por encima de la verdad judicial tradicional. El objetivo es encontrar los restos de las personas desaparecidas y entregarlas dignamente a sus familias, ya sea mediante búsqueda directa o búsqueda inversa (cotejando ADN de familiares con cuerpos exhumados).
Reflexión Final: La Importancia del Trabajo de los Gestores de Restauración
Presenciar virtualmente la construcción de este cofre por parte del personero Juan Pablo y la personera María del Rosario fue una experiencia conmovedora que me permitió dimensionar la profundidad del trabajo que realizan los Gestores de Restauración como comparecientes ante la JEP.
Este proceso representa un acto de valentía excepcional: reconocer públicamente errores del pasado, asumir la responsabilidad de acciones que no les enorgullecen, y dedicar tiempo, recursos y energía emocional para contribuir a la reparación de las víctimas. No es un camino fácil. Requiere humildad, sinceridad y un compromiso genuino con la verdad.
Los Gestores de Restauración están demostrando que la justicia restaurativa es posible, que el reconocimiento de responsabilidad puede convertirse en un motor de transformación social, y que incluso quienes fueron parte del conflicto armado pueden contribuir activamente a la construcción de paz. Cada cofre construido es un acto de memoria, cada testimonio entregado es un paso hacia la verdad, y cada ejercicio de autoperdón es una oportunidad para que las nuevas generaciones hereden un país diferente.
Como veedora ciudadana, considero fundamental visibilizar estas iniciativas que, lejos de los reflectores mediáticos y sin buscar protagonismos, están haciendo un aporte real y concreto a la satisfacción de los derechos de las víctimas. Este trabajo merece nuestro reconocimiento y apoyo, porque en cada tabla que se une con conciencia y empatía, se está tejiendo también un hilo más de esperanza para la reconciliación nacional.
Desde la veeduría de control social del municipio de Neira, Caldas, seguiremos acompañando estos procesos y trabajando articuladamente con quienes, desde diferentes lugares y roles, están comprometidos con la verdad, la reparación y la garantía de no repetición.
Artículo elaborado a partir del encuentro virtual “Construcción Cofre de Dignificación Personería – Fase II”, realizado el 4 de noviembre de 2025 y con autorización de los Gestores de Restauración.







